sábado, 23 de julio de 2011

ReCuErDo

El incómodo sonido de la alarma me despierta. Miro al techo, entrecierro los ojos, respiro hondo, tomo fuerzas y me levanto. Mi primer pensamiento y mi primer suspiro son su ausencia. Las mil y un cosas que debo hacer en el día me mantienen ocupada para que la tristeza no invada mi cuerpo. Sin embargo, un par de lágrimas resbalan por mis mejillas pero inmediatamente me acuerdo que hoy no voy a llorar, no lo voy a hacer. Cosas por hacer nunca faltan pero el tiempo se me hace inmenso cuando caigo en el recuerdo. De repente, al estar ya sola por la calle, me inundan pensamientos que presionan mi pecho. Pero con mi mano sostengo el dolor y por enésima vez en el día me repito a mí misma hoy no voy a llorar, no lo voy a hacer. Pero no me desespero. Quiero retomar la tranquilidad, esa tranquilidad que me acompaña hasta casa. Evito en el camino la presencia de  palabras y melodías que despiertan suaves sollozos en mi voz. Me los trago todos y continúo intentando encontrar la manera de calmar este palpitar. Esta presencia tan suya en la nostalgia de un recuerdo que quiere ganarme en el pensamiento. Ahora, solo tengo ganas de recostarme, descansar, dormir, soñar  y volver a despertar, volver a empezar.


Pero pasan pocos minutos y ya sola en mi habitación, la tristeza se hace presente. Entra a mi cuarto y de manera abrupta consume mi bienestar llevándose hasta la sonrisa fingida que dibujaba mi rostro para ahora, ahogarme en lágrimas con recuerdos de cuando todo parecía no tener final, recuerdos de vivir el infinito amor. Pero trato de ser fuerte, trato de no dejarme ganar  en esta pelea con mi tristeza. Pero pierdo, siempre sucede. El lamento se apodera de mi cabeza y la desesperación toma mi cuerpo. Repito palabras para mí mismo con la intención de calmarme, de calmar a quien yace acostada en su cama con ganas de retroceder el tiempo y evitar lo ya perdido. Me consuelo con palabras vanas de que ya pasará…va a pasar…es cuestión de tiempo.

Pero claro, todo esto porque no encuentro aún el momento para olvidar.

1 comentario:

  1. A veces eso de Tiempo al tiempo parece una frase sin sentido, palabras banales pero depende la situación y el contexto. Una no puede darle tiempo al tiempo cuando éste se queda detenido en un recuerdo y tampoco podemos apresurarnos queriendo que para el día de mañana todo haya acabado. Realmente lo que nos hace falta y creo que lo que más miedo nos da es enfrentarnos al proceso, a las rupturas, asumir que todo tiene su final. Los seres humanos somos egoístas, a veces(como los animalitos que son mezquinos con su comida), ese egoísmo es producto de nuestro deseo de ser imprescidibles para el mundo o para la pareja, sentimentalmente. Lo que intento decir es que nos cuesta pensar que alguien puede rearmar su vida -luego de compartírnosla- con otra persona pero ya que así de reales son las situaciones lo que nos queda es entender que cada uno a su manera llora el tiempo vivido. Otras personas tienen otra manera y hasta otro carácter, indudablemente, para sobrellevar las situaciones. Nos queda forjarnos el nuestro y forjar nuestro bienestar. Tiempo al tiempo, para sufrir, para superar las pérdidas, para volver a pintar nuestro camino, para dejar de pensar que este mundo es solo de las parejas felices. La realidad es muy fuerte y sabe hablarnos con sus propias palabras. Lindo leerte mi Yuly, envidio, sanamente, tu capacidad de escribir con el corazón.

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